El Cardenal Prefecto a los Sacerdotes y Seminaristas del Regional Sur 3 de la CNBB: «Renueven cada día su sí al Señor»
El 8 de septiembre de 2025 se celebró la 2ª Peregrinación de Obispos, Sacerdotes y Seminaristas del Regional Sur 3 de la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB). El evento reunió a sacerdotes y seminaristas de las 18 diócesis del estado de Río Grande del Sur, acompañados por sus obispos y con una participación significativa de la comunidad de fieles. La peregrinación atrajo a unas 40.000 personas.
Después de la ciudad de Santa Maria, donde se celebró la primera peregrinación en 2023, la ciudad elegida fue São Domingos do Sul, en el territorio de la Arquidiócesis de Passo Fundo. La elección del lugar tiene una motivación especial: fue en la parroquia de São Domingos do Sul donde el sacerdote diocesano Mons. João Benvegnù—cuya fase diocesana del proceso de beatificación se ha concluido recientemente—dedicó 51 años de su vida, dejando un legado de fe, compromiso social y promoción vocacional.
Según el sitio web oficial de la Región Sur 3 de la CNBB, «El encuentro se caracterizó por un espíritu de profunda comunión eclesial y sinodalidad, fortaleciendo la experiencia de fe y la alegría de ser Iglesia viva en los corazones del pueblo de Río Grande del Sur».
El Prefecto del Dicasterio para el Clero, el Cardenal Lazzaro You Heung sik, envió un mensaje de aliento para vivir este evento como una ocasión para reavivar la esperanza y renovar el don de la vocación, precisamente en la fiesta de la Natividad de María, «modelo de escucha y de fe».
El Prefecto subrayó que la vocación sacerdotal no se agota en la ordenación: «La gracia del sacerdocio debe cultivarse, profundizarse y renovarse mediante la oración, la Eucaristía diaria, la meditación, la formación permanente y la fraternidad». Recordó las palabras del Papa León XIV, que invita a los sacerdotes a ser constructores de unidad y de paz, capaces de discernimiento y de acompañamiento, «puentes» que conducen a Dios.
A los seminaristas les pidió vivir este tiempo como una «escuela de los afectos», aprendiendo a custodiar el corazón, afrontar las fragilidades y crecer en la oración y el silencio para reconocer la voz de Dios.
El Cardenal Lazzaro también evocó el testimonio del Siervo de Dios Mons. João Benvegnù, «modelo de pastor y formador», e invitó a caminar juntos en espíritu sinodal, apoyándose mutuamente y viviendo la misión como don de sí para los demás.
El mensaje concluyó con el acto de encomienda a la Virgen Aparecida y la bendición a los participantes y a sus obispos: «La formación permanente y el acompañamiento fraterno son el camino para permanecer como discípulos alegres, sacerdotes felices y testigos creíbles de la esperanza cristiana».