24 nuevos diáconos: sed amigos de Jesús y de los pobres, no del poder

La misa se ha celebrado esta mañana en la Basílica de San Pedro. Los diáconos proceden de Asia, África y Oceanía, en su mayoría estudiantes de la Urbaniana. El cardenal recordó que la amistad con Jesús hace del servicio un acto de amor, no una función o una obligación

30 abril 2022

Vatican News

“La gente vea en vosotros verdaderos amigos de Jesús, no amigos del poder o de la ambición”, sino “amigos del Evangelio y amigos de los pobres”: esto es lo que dijo el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, durante la Misa presidida esta mañana en el Altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro para la ordenación de 24 nuevos diáconos, llegados de 15 países de tres continentes, Asia, África y Oceanía: provienen de India, Pakistán, Indonesia, Bangladesh, Sri Lanka, Timor Oriental, Samoa, Tanzania, Senegal, Cabo Verde, Burundi, Sudán del Sur, República del Congo, Angola y Benín. Veintitrés de ellos se formaron en la Pontificia Universidad Urbaniana, uno en el Pontificio Colegio Belga.

Al servicio de Dios y de la humanidad

En la homilía, el cardenal Tagle expresó su gran alegría por esta ordenación. Afirmó que los diáconos son “sacramentos de Jesús, que ha venido no para ser servido sino para servir”. Están llamados a recordar “a todos los bautizados nuestra común vocación de seguir a Jesús, humilde siervo de Dios y de la humanidad”. El purpurado subrayó que se permanece “fieles al Espíritu de Jesús” gracias a la amistad con él, que nos llama “amigos, no siervos” y “da su vida por nosotros”. “Seguiremos siendo sus amigos - añadió - si lo escuchamos siempre, si aprendemos siempre de él, si nos amamos como él nos ama, si estamos dispuestos a ofrecer nuestra vida por él”.

Ministerio, entrega

“La amistad con Jesús - prosiguió - hará extraordinario el trabajo ordinario” y “especial el trabajo no reconocido”. “La amistad con Jesús significa amistad con la Iglesia, especialmente con los pobres”. Gracias a esta amistad, “la obediencia no es opresión sino disponibilidad, el celibato es comunión, el ministerio es donación de sí mismo, el esfuerzo es alegría, los momentos oscuros son luminosos”. En cambio, “cuando eliminamos la amistad con Jesús y la Iglesia, nos quejamos todo el tiempo, nos sentimos vacíos” y “transmitimos nuestra frustración a las personas que deberíamos servir” y al contrario “dominamos”. “La amistad - concluyó Tagle - convierte el servicio en un acto de amor, no en una función o una obligación”, porque “donde hay amor, hay vida y alegría, hay servicio auténtico: los amigos de Jesús sirven porque aman” y trabajan “como un acto de gratitud” hacia Aquel que los llama amigos.